
Aficionado a los juegos de mesa y socio de Mecatol Rex. Me gusta jugar y me gusta escribir, lo que creo que es una combinación perfecta para ser parte de El Miskatónico,
Aportaré versatilidad y al no tener ningún canal de juegos ni ser creador de contenido, lo hago sin influencias externas ni ningún tipo de intereses comerciales aunque tampoco prometo objetividad.
xalons67@gmail.com
Yo todavía no soy socio de ninguno, pero me lo planteo. Gracias a la redes sociales, podcasts, canales de video te das cuenta de lo grande que es la comunidad.
Tengo uno al lado de casa y creo que en algún momento me dejaré caer por alli (un mercadillo, puertas abiertas, juegos para niños… y haciéndome el despistado… para dentro).
En mi casa los niños me siguen algo el rollo pero a mi mujer le cuesta. Solución: solitarios, bga, juegos sencillos, redes… y por qué no, en un futuro en club del barrio.
Gracias por este sitio web!!
Tus soluciones: solitarios, bga, juegos sencillos o redes, son solamente parches que no pueden competir con jugar en un club de juegos. Jugar con gente cara a cara es lo que debemos fomentar y si a nuestro alrededor no tenemos la suerte de contar con quién jugar, los clubs de juegos son el camino a tomar.
Gracias por comentar.
Para mí, desde siempre, parte indeslindable del hobby de los juegos de mesa (o de sociedad, aunque ese término parece un poco olvidado) está el reunirme con los amigos y echarnos unas risas disfrutando de nuestra común afición. No entiendo lo de jugar en solitario y a veces me parece una tomadura de pelo, ya que básicamente tienes que hacer tú de tus propios antagonistas. Lo he intentado con algún juego, pero lo dejo enseguida. No puedo ponerme en las circunstancias de otra gente, pero creo que es fallar en uno de los principios del hobby. Para mis ratos en solitario prefiero antes una consola, y eso que yo soy de tablero y juego físico antes que de videojuegos.
Respecto a clubes, como ya sabes, fui uno de los fundadores del primer club de juegos de mi ciudad, el Club Draken, en 1992. Fue una de las experiencias más bonitas y a la vez más desalentadoras de mi vida, ya que la cosa acabó de una manera muy triste tras siete años de andadura. Tras aquello, intentamos remontar con otra asociación, La Gárgola, pero las vicisitudes se cebaron con nosotros y el proyecto no despegó. Aquellas experiencias me dejaron con pocas ganas de volver a formar parte de un club, mucho menos de crearlo. Aunque creo nunca se ha vuelto a formalizar ninguno aquí (quiero decir de manera legal), sé que ha habido grupitos que han alquilado locales para reunirse. Normalmente se han limitado a eso y no han hecho mucho por captar nuevos adeptos, con los que todos han acabado cerrando tras más o menos tiempo. Y es que un club debe ser algo vivo que hay que mover mucho. No se puede limitar a unos cuantos miembros fundadores, porque estos, antes o después pueden fallar por diversas causas.
En la actualidad, si bien no formo parte de un club como tal, sí me reúno con varios amigos en un local propio. Solemos ser 4 o 5 la mayoría de las veces, en ocasiones más, en ocasiones menos. Me gustaría que volviera a haber una asociación arriesgada, formal y valiente como lo fue la nuestra en su momento, cuando darse a conocer y reunir jugadores no era tan fácil como en la actualidad, una gran ironía en los tiempos de Internet. Mayoritariamente, lo que hay ahora en la ciudad son muchos pequeños grupos que, como el nuestro, juegan en sus casas y son relativamente limitados o endogámicos. Lo cierto es que nosotros siempre estamos encantados de que venga gente nueva, pero entiendo que otros solo quieran jugar con amigos consolidados.