martes , 23 septiembre 2025
Home Artículo de Opinión Mi primer Lacerda: ¿y si no era para tanto? ¿O sí?
Artículo de OpiniónAnálisisFase de RegresoReseñas de Juegos de Mesa

Mi primer Lacerda: ¿y si no era para tanto? ¿O sí?

Nunca había jugado un Lacerda. Esta es mi experiencia con Kanban EV y lo que descubrí sobre los eurogames. Spoiler: ya no los veo igual.

97
kanbav ev vale la pena?
opinion sobre el afamado juego de lacerda

Primeras expectativas: el mito Lacerda

Voy a hablaros de Kanban EV, de Vital Lacerda. Es, de hecho, el primer juego de este autor que he probado en mi vida. Siempre me había picado la curiosidad, porque Lacerda es uno de esos nombres que se pronuncian con cierta reverencia en el mundo de los juegos de mesa: un diseñador con una legión de seguidores fieles, considerado por muchos como el referente en cuanto a euros duros, complejos, exigentes… incluso, para algunos, como el máximo exponente de los eurogames más evolucionados.

Después de años oyendo hablar de él, por fin he conseguido hacerme con una copia de Kanban EV. Y lo he abordado con la preparación mental que uno cree necesaria para enfrentarse a un juego de Lacerda: mentalizado para sumergirme en un reglamento denso, con reglas enrevesadas, excepciones por doquier, iconografía críptica y la inevitable búsqueda de vídeos en YouTube para entender lo que el manual no consigue transmitir. Porque, claro, hablamos de Lacerda… ese diseñador asociado a cajas enormes, mecánicas entrelazadas y partidas que parecen más bien jornadas laborales.

Spoiler: nada de esto es realmente así.

Una producción de lujo

Después de todo este preámbulo, quiero hablar de las primeras sensaciones al abrir la caja de Kanban EV, un juego de Lacerda, sí, pero también una producción de Eagle-Gryphon Games, que ya es sinónimo de calidad. Y desde el primer momento se nota.

Lo primero que llama la atención es el nivel de producción: probablemente uno de los más altos que he visto en un juego de mesa. La caja tiene un grosor superior al habitual, como si ya desde fuera quisieran dejar claro que lo que hay dentro no es cualquier cosa. El inserto, por su parte, está diseñado con una precisión casi obsesiva: cada componente tiene su espacio exacto, perfectamente encajado, incluso separando tokens que podrían ir juntos, pero que se distinguen por variantes, por el modo en solitario o por pequeñas diferencias de uso.

La primera impresión es clara: esto es un producto absolutamente premium.

Diseño elegante y arte sobrio

La segunda sensación llega al desplegar el tablero y mirar los componentes con más calma. El arte es sobrio, elegante, contenido. Puede que incluso resulte un poco frío o distante. No quiero decir “insípido”, porque suena demasiado negativo, pero sí es cierto que no transmite una ambientación fuerte o especialmente temática. No da la impresión de estar metido de lleno en una fábrica de coches.

Ahora bien, todo está exquisitamente diseñado: la iconografía es clara, la estructura del tablero es funcional, y los colores están muy bien escogidos. Todo combina con armonía. Es un tablero donde la vista descansa fácilmente; no hay saturación, ni ruido visual, ni una estética recargada que confunda o canse. Todo está equilibrado: los tonos, las formas, la distribución. Es un diseño elegante, contenido y refinado.

El manual que no asusta

La tercera gran sensación llega una vez has abierto la caja, has admirado los componentes, el arte y la estética general del juego… y te enfrentas, por fin, al tan temido manual. Porque claro, estamos hablando de un Lacerda, y no uno cualquiera: Kanban EV tiene un peso de más de 4 en BGG, lo que ya genera cierto respeto.

Lo abres con cautela, mentalizado para lo peor. Y entonces, la primera sorpresa: el manual tiene, si no recuerdo mal, unas diez o doce páginas. Lo comprobé dos veces, porque no daba crédito. Hay euros mucho más sencillos con manuales que doblan esa longitud, llenos de excepciones, ejemplos, aclaraciones… Pero aquí, en apenas unas páginas, el juego se explica. Y no solo eso: cuando llegas a la página seis u ocho, ya tienes una comprensión bastante clara de cómo funciona todo.

Esto no se debe tanto a la redacción del manual —que está bien—, sino al propio diseño del juego. Porque Kanban EV, por más que tenga una complejidad altísima, no la basa en unas reglas densas o laberínticas. Todo lo contrario. Es un juego que, estructuralmente, es sencillo. No está cargado de capas sobre capas, ni de microreglas que se pisan unas a otras. Aquí todo fluye con naturalidad. Las mecánicas están bien integradas, los pasos se sienten lógicos, incluso temáticos. Uno intuye lo que tiene que hacer casi por instinto.

La mecánica: un solo trabajador, cinco decisiones

¿Y por qué pasa esto? Porque el núcleo del juego es extremadamente elegante: solo tienes un trabajador. Y con ese único peón, vas a elegir entre cinco acciones principales. Nada más. Pero ese “nada más” esconde una profundidad estratégica tremenda.

Cada acción corresponde a un departamento de la fábrica: diseño, ensamblaje, mejoras (que comparte espacio con pruebas), logística y administración. Dentro de cada uno hay dos o tres subacciones posibles, pero todo está tan bien estructurado que no resulta abrumador. Al contrario, las decisiones se toman con claridad. Apenas hay análisis-parálisis, porque las opciones son concretas, y tu situación en la partida te va guiando.

Por ejemplo, si ya tienes un plano de diseño y ves que tu coche está listo en la línea de ensamblaje, sabes que lo que necesitas son las piezas correspondientes. Así que vas a logística, recoges lo necesario, vuelves al ensamblaje, luego lo llevas a pruebas, y finalmente a administración para exponer los avances del proyecto. Y todo esto, sin necesidad de que nadie te lo recuerde paso a paso. Simplemente, tiene sentido. El flujo del juego es temático, lógico, y sorprendentemente accesible una vez empiezas a jugar.

Virtud principal: profundidad con sencillez

Esa es, para mí, una de las mayores virtudes de Kanban EV: su capacidad para ofrecer profundidad con muy pocos elementos. Un solo trabajador. Cinco acciones. Pero una experiencia inmensa.

No todo es perfecto

Ahora bien… no todo es color de rosa. Kanban EV tiene, al menos para mí, dos puntos débiles importantes.

El primero es el modo en solitario. Madre mía, qué experiencia tan poco intuitiva. Cada turno del bot es como jugar por otra persona: poco dinámico, con reglas propias, excepciones, y una gestión que rompe el ritmo por completo. Tienes que estar constantemente recordando cómo funciona el bot, qué hace en cada situación, cómo aplica sus reglas (que no son las del juego base), y eso convierte lo que debería ser una experiencia fluida en algo mecánico y tedioso.

Sé que hay quien lo valora muy positivamente —de hecho, en BGG está bastante bien puntuado— y seguro que habrá jugadores que lo disfruten. Pero si eres de los que, como yo, no disfrutan llevando dos cerebros a la vez en la partida, o te agobia tener que interpretar un reglamento paralelo para cada turno del bot, mi recomendación es clara: aléjate del modo solitario de Kanban EV.

El segundo problema es más sutil, pero no menos importante. A pesar de ser un juego objetivamente excelente —un diseño sólido, una experiencia cuidada al detalle, una producción impecable— no es un game changer. No es ese tipo de juego que te cambia la forma de ver el hobby, que te obsesiona, que te hace querer sacarlo a mesa cada semana.

En definitiva, un referente, no una revolución

Es, eso sí, una gran obra de autor. Un ejemplo perfecto de diseño elegante, equilibrado y bien ejecutado. Y en ese sentido, Lacerda tiene la fama que se ha ganado a pulso.

Desde mi punto de vista, merece la pena vivir la experiencia. Es un juego que te deja huella como jugador y que sirve como excelente referencia para entender lo que significa un diseño redondo. Así que, si alguna vez te has sentido intimidado por el nombre de Lacerda, te animo a dar el paso sin miedo.

Porque Kanban EV puede no cambiarte la vida…

pero sí elevar tu criterio.

Te invitamos a comentar: En un mundo donde las redes sociales nos empujan a opinar con rapidez y poca reflexión, te animamos a compartir tus ideas con calma y respeto. Valoramos mucho tus aportes para enriquecer el debate y los contenidos de este periódico.

2 Comments

  • Kanban es mi Lacerda preferido. Todo lo que comentas de la producción y el diseño gráfico es gracias al arte de Ian O’Toole y la excelente producción de Eagle Gryphon Games pero las mecánicas ya estaban en las dos primeras ediciones: Automotive Revolution y Driver’s Edition.
    Kanban EV es una edición de lujo y su precio es excesivo aunque es cierto que es un gustazo jugar a esta magnífica edición.
    Vinhos, The Gallerist y On Mars, también me parecen grandes juegos del diseñador portugués.
    Me alegro de que hayas jugado tu primer Lacerda. Los nombrados no son juegos especialmente difíciles y la temática ayuda mucho a entender sus reglas. Últimamente Lacerda ha perdido tirón porque sus últimos juegos no han cubierto las expectativas pero los aficionados esperamos su próximo lanzamiento que tiene muy buena pinta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El Miskatónico Logo
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.