Su explicación me valió para despertar mi ya inquieta curiosidad y esta me llevó a: 1º) jugar a su versión online para ver de que iba aquella cosa misteriosa y 2ª) comprármelo en tablero y aprender sus reglas disfrutando como un niño ante un nuevo juguete. Mi cara de bobo ante tal descubrimiento no podÃa describirse.
Lo cierto es que Los colonos de Catan fue el primero, como la primera novia, el juego que me descubrió otro tipo de juegos de mesa que para mà eran completamente desconocidos. El tiempo pasa y las novias se olvidan pero este juego permanece en mi memoria como ese relámpago que me hizo ver la luz de que habÃa algo más allá del Monopoly, Scrabble o Ajedrez. Sigue ahÃ, en mi propio imaginario lúdico, como el eslabón perdido que me llevó a otra dimensión jugona. El juego que me hizo ser consciente de que habÃa todo un mundo por descubrir…
Te invitamos a comentar: En un mundo donde las redes sociales nos empujan a opinar con rapidez y poca reflexión, te animamos a compartir tus ideas con calma y respeto. Valoramos mucho tus aportes para enriquecer el debate y los contenidos de este periódico.
Aficionado a los juegos de mesa y socio de Mecatol Rex. Me gusta jugar y me gusta escribir, lo que creo que es una combinación perfecta para ser parte de El Miskatónico,
Deja tu comentario