Desde siempre ha existido una característica en los juegos de mesa de la que quiero ocuparme en este artículo miskatónico: las reglas no oficiales. Reglas que aprendimos y más tarde nos dimos cuenta de que no eran reales. También quiero ocuparme aquí de las reglas que aplicamos sabiendo que no son oficiales pero que las usamos para intentar mejorar la experiencia de la partida.
Cuando fui niño aprendí una serie de juegos con reglas que después me di cuenta de que no eran oficiales. Recuerdo perfectamente haber jugado con alguna de esas reglas y, más tarde, que alguien me explicase que esas reglas no existían.
Reglas de bar
Algunas de estas reglas se les llamaba en mi entorno “reglas de bar”, término que se refería a que así se jugaba en los bares. No olvidemos que en los bares españoles se jugaba mucho a las Damas, al Ajedrez y a otros juegos como el Dominó o las Cartas. Todavía hay bares donde podemos ver a clientes echando partidas. En esos lugares de ocio tan propios de nuestra cultura se jugaba con las “reglas de bar” con lo que ya se estaba diciendo que eran reglas no oficiales y que si ibas a jugar a uno de estos juegos en un campeonato, fuera el del instituto, el del barrio o algo más oficial, no íban a dejar que las usáramos.
Por ejemplo algunas de estas reglas que recuerdo es que en las Damas se decía soplar una ficha (eliminarla del tablero) si se nos olvidaba hacer una captura con esa ficha durante nuestro turno y el rival nos la sacaba del tablero con la frase de “te la soplo” (y con el gesto de soplar sobre la ficha atrapada entre sus dedos). En el Ajedrez de mi infancia se podía mover dos peones un paso hacia delante desde su casilla de inicio, en vez de mover un único peón dos pasos hacia delante desde esa casilla de inicio y éste era un movimiento doble tan natural como cualquier otro.
Cuando, después de haber jugado muchísimas partidas con esas reglas, alguien me explicó que no existía ni el soplar fichas en las Damas ni el movimiento de dos peones en el Ajedrez, me quedé muy sorprendido. Posteriormente pude comprobar que era así y que tenían razón quienes me sacaron de mi mundo de reglas ilegales, ya que estas dos eran claramente reglas de bar y ni en el reglamento de uno u otro de estos juegos clásicos, venían contempladas.
Manuales, reglamentos, reglas oficiales
Con los juegos de mesa modernos, tenemos que el manual es una parte importante de la edición del producto y a veces nos encontramos con manuales completos que explican y detallan las mecánicas pero que también pueden tener lagunas en su contenido. Ante estas carencias es fácil que los jugadores inventemos o cambiemos algunas de las reglas.
Puede ocurrir que el cambio de la regla oficial no se haga porque haya una carencia en el manual sino que este tenga todo requetebién explicadito pero la nueva regla se use para que mejore alguno de los aspectos del diseño con su incorporación a las partidas. La creatividad de los jugadores es la que entra en acción para inventar la regla no oficial que se propone.
Por otra parte, estos cambios pueden ser también por desconocimiento, por aplicar mal algún concepto, por un despiste, etc. Por ejemplo, yo jugué bastantes partidas a Food Chain Magnate empezando con dos restaurantes por jugador en el tablero hasta que un socio del club Mecatol me dijo que lo estaba haciendo mal, que la partida empezaba con un único restaurante inicial por jugador. Estaba jugando mal.
Tengo innumerables partidas jugadas con gente de todo tipo, amigos, familiares, socios del club, etc. Muchas veces ha surgido la conversación sobre aplicar tal o cual regla casera y es algo muy presente en las partidas tanto a juegos nuevos como a otros más clásicos. Es un debate siempre abierto y creo que si existen esas reglas caseras es porque el juego ha sido jugado mucho y los jugadores siguen jugándolo e intentando mejorarlo.
Las reglas caseras
También se da el caso de que el propio autor en la web oficial de la editorial o en la BGG se pronuncie sobre esas reglas caseras. Siempre es importante saber la opinión del autor del juego porque los autores son conscientes de que en los foros suele ser un tema de debate y están pendientes. La aplicación de reglas caseras que con el paso de las partidas y la experiencia de los jugadores son compartidas, no es un aspecto baladí del producto. Es fácil que se dé el caso de que algún jugador escriba en un foro sobre la aplicación de su propia regla casera que una vez admitida por la comunidad jugona o puede que hasta por el propio autor, podrá quedar como una variante recomendada para el juego.
Creatividad al poder
Hay jugadores que se niegan a hacer cambios en las reglas que no sean oficiales y también estamos los que no somos tan puristas y no nos negamos a probar reglas caseras (las llamadas homerules) que acabarán integradas o no en nuestro propia manera de jugar a tal o cual juego. Una u otra decisión son más que respetables aunque yo me pronuncie claramente en el lado de probar las reglas no oficiales. La creatividad de quién ha inventado la regla es algo que me produce infinita curiosidad.
No es tan fácil crear una regla casera que funcione bien pero siempre hay alguien que se lanza a hacerlo. Al igual que hay jugadores que inventan expansiones fanmade o apps que facilitan aspectos del juego o cualquier otro aspecto que añadir a un diseño que está claro que les gusta y al que le han dado su tiempo e ideas para mejorarlo.
Para mí la cuestión fundamental es que el juego es nuestro, el juego es de los jugadores y si hay consenso con el resto de participantes en la partida, podemos jugar como decidamos entre todos. El reglamento no es un tótem sagrado al que hay que hacer caso sin cambiar ni una coma. Alrededor de la mesa ni patria ni rey, solamente estamos aquí para jugar y pasarlo bien. Así que si te sientas conmigo para echar una partida, alguna vez puede que te encuentres con que antes de empezar te diga algo como “Mira, te voy a explicar una regla casera y ya me dices si quieres probarla. Yo lo juego así y en mi opinión lo mejora, Si te apetece la usamos”.
Tal cual. Ejemplo : Me pasa con ruta comercial en el catan. Yo opino que no se corta por poner una ciudad tuya en medio, sigues comerciando bien.
Pero mi compi de juegos piensa que no. Según juguemos en su casa o en la mía se aplica la regla o no. Jajaja. Y ahí seguimos.
Claro que sí. Las reglas caseras son tan válidas como las oficiales. Es nuestro el juego y podemos cambiar o interpretar las reglas del manual si nos apetece y los demás están de acuerdo aunque vuestro caso con el Catán tiene gracia ya que lo jugáis de una manera u otra según quién sea el anfitrión. Gracias por contarlo.